martes, 27 de julio de 2010

LA ESCUELA CONTRA EL MUNDO (El optimismo es posible) Gregorio Luri



Tras haber leído el libro me quedo con lo siguiente:

"La escuela se sitúa contra el mundo cuando confunde al alumno con un cliente y al conocimiento con el entretenimiento."

"Cuantas menos cosas se saben, más difícil es aprender cosas nuevas."

"Un estudio reciente en California demostró que las diferencias académicas entre los alumnos de origen latino y los de origen asiático tienen que ver básicamente con sus diferentes percepciones de la importancia del esfuerzo personal.

Los latinos tienden a creer que para tener éxito en esta vida lo que cuenta es, primero, la genética y, después, caerle bien al profesor. Es decir, si no tienes suerte, estás condenado al fracaso y no hay nada que hacer. Como esta actitud condiciona todo su comportamiento y sus expectativas, y, además, acostumbran a vivir en medios culturales marcadamente antiintelectuales, no parecen preocuparles mucho las consecuencias del fracaso escolar.

Los estudiantes de origen asiátio, por el contrario, creen que detrás de un mal resultado hay, siempre, un esfuerzo insuficiente y consideran el fracaso académico un motivo de vergüenza. Ignoran la discriminación y se esfuerszan para superar a los estúpidos que intentan discriminarlos. No ven la inteligncia como algo fijo, sino como algo maleable. Un suspenso sólo significa que no han trabajado lo suficiente."

Me entristece enormemente tener que informar de una serie de ERRATAS que he ido encontrándome tras la lectura, y digo me entristece porque son muchas para encontrarse en un libro de una editorial que lleva a cabo libros de Educación dirigidos a profesionales del sector:

Pag. 58: "He tomada prestada la idea..." He tomado prestada la idea...
Pag.93: "Con una mirada que ya no es la del un niño..." Con una mirada que ya no es la de un niño...
Pag.97: "Pero eso no nos ayuda mucha..." Pero eso no nos ayuda mucho...
Pag.151: "Y sin un hijo no servía para..." Y si un hijo no servía para...
Pag. 179: "Las diferencies individuales..." Las diferencias individuales...
Pag.189: "Que se ven a menudo a las playas..." Que se ven a menudo en las playas...
Pag.208: "Un ejemplo más de que hay ninguna fatalidad..." Un ejemplo más de que no hay ninguna fatalidad...
Pag.256: "La información que circula al nuestra alcance..." La información que circula a nuestro alcance...
Pag.284: "Suelo atender con atender con placer..." Suelo atender con placer...

miércoles, 21 de julio de 2010

BUDA EXPLOTÓ POR VERGÜENZA


Bajo la estatua del Buda que destruyeron los talibanes aún viven miles de familias. Baktay, una niña afgana de seis años, es incitada a ir a la escuela por el hijo de sus vecinos, que lee los alfabetos frente a su cueva. El problema inicial es que Baktay no tiene cuaderno ni lápiz. Para el cuaderno debe buscarse la vida, como lápiz, decide llevar el pintalabios de su madre, lo que provoca que unos niños, que juegan a ser talibanes, decidan apedrearla. Los niños de la aldea juegan a la guerra con ramas que hacen pasar por fusiles y cometas que representan cazas de combate. Pero no todo es de pega: en este juego, las piedras son de verdad. Cuando atrapan a Baktay, ya tienen a otras tres niñas encerradas en una cueva. Los motivos para retenerlas varían entre que opinan que una niña no debería ir a la escuela o que las pequeñas tienen los ojos demasiado bonitos. Reflejan la sociedad violenta en que viven sus mayores.

Buda explotó por vergüenza es una parábola y hace un uso sencillamente espectacular de los salvajes paisajes afganos de la región de Bamiyán, justo allí donde los talibanes volaron dos gigantescas estatuas de Buda, para mostrar cómo los juegos de guerra practicados por los adultos pervierten a los niños y los convierten en atroces copias de sus padres.

Para ver la película on line pinchad en la imgen de arriba.

Hana Makhmalbaf es el nombre de la Directora de esta película que rodó con tan sólo 18 años. El guión de su película estuvo retenido en el Ministerio de Cultura iraní durante meses y nunca obtuvo la autorización necesaria. Fue rodada en Afganistán, montada en Tayikistán y mezclada en un laboratorio en Alemania.


LA DESTRUCCIÓN DE LOS BUDAS

La milicia ultraortodoxa islámica de los talibanes, destruyó en 2001, cuando gobernaba Afganistán, los dos mayores Budas del mundo, tallados en la roca de una montaña hace 1.500 años en la provincia de Bamiyán (centro del país). Para destruir las estatuas, los talibanes utilizaron misiles antiaéreos, tanques y dinamita.

Los Budas se construyeron en la gigantesca pared de roca en el siglo V, cuando Afganistán era uno de los centros de la civilización budista, antes de que los ejércitos árabes introdujeran el islam en la región, en el siglo VII. Ambas estatuas eran consideradas las más antiguas y preciosas de Afganistán.

NIÑAS QUEMADAS EN AFGANISTÁN POR ACUDIR A LA ESCUELA

Un grupo de niñas afganas fueron atacadas el 12 de noviembre de 2008 por un grupo de talibanes que les lanzó ácido de batería cuando se dirigían a la escuela, dejando ciegas a dos de las niñas y lesionando a otras dos, en la ciudad de Kandahar. Los ataques fueron llevados a cabo por dos motoristas, y lo hicieron supuestamente porque las niñas iban a la escuela, algo que estuvo prohibido en el país varios años durante el mandato de los talibanes.

Hasta la fecha, este año se han producido 256 incidentes en escuelas, con el resultado de 58 muertos y 46 lesionados. En 2007 se produjeron incendios intencionados en un total de 236 escuelas.

Las comunidades en el Afganistán, un país sacudido por la guerra, han trabajado duramente para superar la violencia y otros obstáculos que puedan impedir a los niños, y especialmente a las niñas, acudir a la escuela.

A pesar del entorno a menudo difícil, la matriculación de estudiantes en el país ha seguido aumentando. Más de 6 millones de niños y niñas del Afganistán acuden ahora a la escuela, en comparación con 3 millones de estudiantes en 2002.

domingo, 18 de julio de 2010

MIS NUEVOS RETOS

jueves, 15 de julio de 2010

LA OLA


La historia está inspirada en un caso real que sucedió en otoño de 1967. Ron Jones, un profesor de historia de un instituto de Palo Alto en California, en el Cubberley High School, no tuvo respuesta para la pregunta de uno de sus alumnos: «¿Cómo pudo el pueblo alemán alegar su ignorancia del genocidio judío? ¿Cómo podía la gente de las ciudades, los obreros, los profesores, los doctores, decir que no sabían nada de los campos de concentración y las matanzas? ¿Cómo gente que eran vecinos o incluso amigos de judíos podían decir que no estaban allí cuando sucedió todo?» Al no poder explicar a sus alumnos por qué los ciudadanos alemanes (especialmente los no judíos) permitieron que el Partido Nazi exterminara a millones de judíos y otros llamados “indeseables”, decidió mostrárselo.

Decidió hacer un experimento con sus alumnos: instituyó un régimen de extrema disciplina en su clase, restringiéndoles sus libertades y haciéndoles formar en unidad. El nombre de este movimiento fue «La Tercera Ola», debido a la noción popular de que la tercera de una serie de olas en el mar es siempre la más fuerte, y afirmó que sus miembros revolucionarían al mundo. Ante el asombro del profesor, los alumnos se entusiasmaron hasta tal punto que a los pocos días empezaron a espiarse unos a otros y a acosar a los que no querían unirse a su grupo. El experimento cobró vida propia, con alumnos de toda la escuela uniéndose a él. Jones se preocupó acerca del resultado del ejercicio y lo detuvo al quinto día haciendo ver a sus alumnos que el movimiento tenía un líder mundial: Adolf Hitler. Se rumoreó que hubo implicaciones, como el suicidio de uno de los alumnos, pero poco ha trascendido sobre el asunto.

Al ver esta película vinieron a mi mente dos libertades, la de cátedra y la de expresón:

Libertad de cátedra

Es un derecho que poseen los profesores en relación con su libertad de expresión. Consiste en que nadie puede ser obligado a defender en sus clases ideas, normas o creencias contra las que esté en desacuerdo por motivos morales o ideológicos. Garantiza además que un profesor pueda elegir los medios pedagógicos y los materiales didácticos que él estime más oportunos para el desempeño de su labor, sin que la dirección del centro o los poderes públicos puedan obligarle a ejecutar procedimientos o a defender ideas que él no considere adecuados.

Ahora bien, la libertad de cátedra no puede ser absoluta; al contrario, debe garantizarse únicamente dentro de unos límites legales y éticos. Por ejemplo, el profesor deberá cumplir con el temario mínimo aprobado por las autoridades educativas; deberá mostrar imparcialidad en sus clases con respecto a ideologías o creencias que, aunque él no comparta, pertenecen a la tradición cultural de la humanidad; no podrá ampararse en la libertad de cátedra para atacar las creencias de los demás o para hacer apología de la violencia o la discriminación; deberá ser siempre respetuoso con los Derechos Humanos, etc.

Libertad de expresión

La libertad de expresión consiste en el derecho a expresar libremente nuestras ideas, opiniones o manifestaciones artísticas en cualquier medio de comunicación o a través de otros procedimientos, sin que éstas puedan ser censuradas o prohibidas por parte de los poderes públicos ni de los propietarios de los medios de comunicación, los cuales tienen la obligación legal de garantizar la pluralidad de opiniones dentro de sus respectivos medios.

Sin embargo, y por regla general, existen algunas restricciones a la libertad de expresión. Dichos límites se justifican atendiendo al hecho de que la libertad de expresión no puede amparar conductas delictivas, ofensivas o que contribuyan a extender la violencia. Mediante estas restricciones se trata de evitar, pues, un mal social o la vulneración de los derechos de los demás a través de las expresiones de alguien.

Prácticamente en todos los sistemas legislativos queda prohibida expresamente la apología de la violencia o de actitudes racistas, desigualitarias o que inciten a la marginación de colectivos sociales por cuanto los legisladores consideran que la libertad de expresión no puede justificar una defensa e incitación a la violencia o a la discriminación.