sábado, 18 de febrero de 2012

FACEBOOK SE HA CONVERTIDO EN HERRAMIENTA PARA INSULTAR A EDUCADORES

Las redes sociales se han convertido para algunos estudiantes de Secundaria en la trinchera más segura desde la que acosar a sus profesores. El último informe del Defensor del Profesor realizado por el sindicato de enseñanza Anpe, que recoge los testimonios de docentes murcianos que se han sentido acosados, pone en evidencia que, mientras los conflictos en las aulas o con los padres de alumnos disminuyen (más de un 10%, han pasado de 163 a 147 en el último curso), el ciberacoso va en aumento, y las denuncias se han duplicado (de las cinco del curso 2009-2010 se ha pasado a diez en el curso pasado). En el 80% de los casos -algunos derivados a la sección de delitos informáticos de la Policía y de la Guardia Civil-, el 'ciberbullying' se ha localizado en los centros de Secundaria. Estos son algunos de los relatos expuestos por los profesores.
Profesor de Tecnología de Educación Secundaria. Interino. 33 años.
«Les diseñé una web y la utilizan para insultarme»
«En la clase de tecnología diseñamos una página web, con la que se pudiera practicar y aprender a debatir aspectos relacionados con la asignatura. Al final han predominado las vejaciones e insultos anónimos dirigidos a mí».
Profesora de Geografía e Historia Secundaria. Interina. 39 años.
«Escriben en Twitter comentarios jocosos»
«Una compañera me ha puesto sobre aviso de que ha visto en Twitter comentarios jocosos sobre mí, atribuyéndome frases en la clase que yo no he dicho. Ahora, al mirar a los alumnos, casi todos me parecen sospechosos, me atenaza el estado de ansiedad y termino bloqueándome hasta tener que salirme del aula».
Profesora de Latín. Funcionaria definitiva. 32 años.
«Aparezco en Facebook con frases que afectan a mi dignidad»
«Aparezco en una grabación colgada en Facebook con la ropa debidamente arreglada sobre las rodillas y con comentarios que afectan a mi dignidad. Comentándolo en el instituto he encontrado un sentimiento compartido por los compañeros de desamparo e indefensión».
Maestro de Educación Física. Interino. 25 años.
«Si regañas a mi hijo te denuncio por maltrato»
«'A mi hijo solo le regaño yo que soy su padre. Si me dice que has vuelto a llamarle la atención delante de los demás, me puedes encontrar en la calle o tener una denuncia por maltrato psicológico con informe de su médico', me amenazó un padre».
Profesora de Lengua. Secundaria. Funcionaria definitiva. 42 años.
«Unos alumnos me siguen por la calle y me gritan»
«Esta profesión se ha convertido en una auténtica pesadilla. Un grupo de alumnos me sigue por la calle, dirigiéndome gritos e insultos y haciéndome blanco de situaciones vergonzantes y penosas. No he podido identificarlos aunque sospechamos de algunos. Han cogido mi dirección postal y me envían anónimos. El director dice que ha puestos los hechos en conocimiento de las autoridades, pero nadie espera que se ponga fin a estas fechorías».
Profesor de Matemáticas. Secundaria. Funcionario definitivo. 52 años.
«Si das parte, te denuncio por acoso sexual»
«'Te voy a amargar la vida y también a tu familia porque sé donde vives. Si vuelves a dar parte de mí, te denunciaré por acoso sexual a una menor. Ya puedes irte de este instituto o te hundiré', me dijo un padre».
Profesor de Matemáticas. Secundaria, funcionario definitivo. 39 años.
«Nos han rayado el coche a tres profesores»
«Nos han rayado y pintarrajeado el coche a tres profesores. Hemos intentado denunciar los hechos ante la policía pero nos dicen que poco pueden hacer si no identificamos a los autores, y menos aún si son menores. Prestamos un servicio público y nos encontramos tristemente indefensos ante la propia sociedad que servimos».

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