El consejero de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca, presidió hoy el pleno del Observatorio para la Convivencia Escolar, donde se dio cuenta del informe Anual de Convivencia en los centros de la Región correspondiente al curso 2009-2010, que revela una mejora en el clima de convivencia escolar con una disminución de las conductas consideradas más graves.
En concreto, Sotoca aseguró que durante el curso pasado, se registraron 506 conductas tipificadas como “gravemente perjudiciales” es decir, actos de indisciplina grave como amenazas, agresiones físicas o morales. “Una incidencia baja, dijo el consejero, teniendo en cuenta el número total de alumnos matriculados que, en ese periodo, alcanzó los 205.006 alumnos, y que porcentualmente supone un 0,24 por ciento, frente al 0,26 registrado en el curso anterior”.
Sotoca explicó que “de todas ellas, el mayor porcentaje, un 78,5 por ciento, corresponden a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria, concentrándose, sobre todo, en los dos primeros cursos de esta etapa. Además, en el análisis por sexo, el informe refleja que el 78 por ciento de los expedientes disciplinarios abiertos por estas conductas, pertenecen a alumnos.
Asimismo, la Consejería de Educación ha hecho un seguimiento específico de los cinco casos de acoso escolar, y aunque porcentualmente supone una cifra muy baja, un 0,002 por ciento, con respecto al total de alumnos, Sotoca aseguró que no bajarán la guardia y que seguirán prestando la máxima atención a todos los casos que se puedan presentar.
En cuanto a las medidas correctoras más aplicadas en los centros, el consejero destacó la realización de tareas educadoras para el alumno, fuera del horario escolar y dirigidas fundamentalmente a reparar el daño causado, así como la suspensión del derecho de asistencia a clase durante un periodo comprendido entre 6 y 15 días lectivos. Sotoca valoró, además, que la medida correctora más rigurosa, como es el cambio de centro, apenas se aplicó durante el curso escolar pasado, siendo, de hecho, la menos aplicada en un porcentaje inferior al diez por ciento de los casos.
Otro de los procedimientos para valorar el clima de convivencia es a través de las evaluaciones que realizan los miembros de la comunidad educativa, que son quienes, según el consejero, “viven el día a día en las aulas y aplican las medidas de mejora”. En este sentido, Sotoca, subrayó que la valoración del clima de convivencia ha sido, en una escala a de 0 a 10, de más de un 8 en Primaria, y de un 7.85 en Secundaria.
Propuestas de mejora
El titular de Educación recordó “el esfuerzo del Gobierno regional para mejorar el clima de convivencia escolar”, que se ha materializado en la puesta en marcha de diferentes medidas, como el Plan Regional de Convivencia, las Comisiones de Convivencia, los planes individuales de cada centro, o en programas como Educando en Justicia y el Plan Director.
Sotoca subrayó la eficacia de todas estas medidas, pero anunció la puesta en marcha de otras propuestas de mejorar en base a los datos recogidos por el Informe Anual, y que “nos van a permitir seguir avanzando en esta materia de cara al próximo curso escolar”.
Así, destacó la puesta en marcha de actuaciones concretas para incrementar las relaciones de la familia con el centro educativo. El objetivo es conseguir una mayor implicación para reducir aquellas conductas contrarias a las normas de convivencia, como las faltas injustificadas de puntualidad o de asistencia a clase. Para ello, dijo Sotoca, “facilitaremos a los centros las estrategias y las herramientas que sean necesarias para que los profesores puedan trasladar a las familias la importancia de seguir unas pautas educativas adecuadas”.
Además, la Consejería desarrollará con los centros y los profesores de Secundaria técnicas de gestión del aula que les ayuden a ejercer la autoridad, con procedimientos que sean eficaces para prevenir actos de indisciplina, incorrección o desconsideración con el profesorado, que son las faltas más frecuentes.
Asimismo, se llevarán a cabo actuaciones específicas dirigidas a desarrollar entre los alumnos comportamientos que se consideran prosociales, es decir, de ayuda mutua entre el alumnado, como método positivo que favorece la convivencia.
En el caso de las conductas gravemente perjudiciales que, en muchos casos, están relacionados con problemas de adaptación de los alumnos, la Consejería ha propuesto prestar una especial atención a las variables que intervienen en el origen de estas conductas para desarrollar medidas educativas con los alumnos que eviten tanto el inicio como el desarrollo de esos conflictos.
El titular de Educación se refirió también a la importancia de difundir las buenas prácticas que se están desarrollando en materia de convivencia escolar. El curso que viene, se organizarán diversas jornadas de difusión, y se aprovechará el portal educativo Educarm para dar a conocer al conjunto de la comunidad educativa qué se está haciendo en esta materia y cómo pueden aplicarlo en sus propios centros.
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