martes, 19 de enero de 2010

OBJETIVO Nº 2



"Mucha gente pequeña,
en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas,
puede cambiar el mundo".

Eduardo Galeano.


El 5 de septiembre de 2000 se celebraba en la Sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, la primera gran reunión que convocaba a los representantes de los 189 Estados Miembros de las Naciones Unidas. El objetivo era convenir en un proceso para la revisión del papel de las Naciones Unidas y de los desafíos que debía enfrentar en el nuevo siglo. No era, sin embargo, la primera reunión que se celebraba para remediar importantes problemas como la pobreza, la educación y el hambre en el mundo. Y es que a comienzos de los 90, el egipcio Burros Ghali ya propuso la celebración de una serie de cumbres internacionales, aunque no fue hasta el 2000 cuando se firmó la Declaración del Milenio para poner fin a una realidad como la que se dibujaba y que no ha cambiado demasiado en la actualidad: 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, 1.200 millones subsisten con un dólar al día, 115 millones de niños y niñas en el mundo en edad escolar no acuden a la escuela y al año, 11 millones de menores de cinco años pierden la vida por enfermedades curables con medicamentos.

Así, en la Declaración del Milenio se recogen siete Objetivos fundamentales y además, se añade un último Objetivo, el octavo, basado en que el sistema comercial, de ayuda oficial garantice la consecución en 2015 de los primeros siete Objetivos, y que con ello se consiga un mundo más justo.

De acuerdo a este documento, para 2015 se deben haber cumplido los siguientes propósitos:


1. Haber reducido a la mitad el porcentaje de personas que sobreviven con menos de un dólar al día y el de personas que pasan hambre.
2. Todos los niños del mundo deben acceder a la enseñanza primaria.
3. Las mujeres deben tener el mismo índice de escolarización en todos los niveles educativos.
4. Se deben reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad infantil y en tres cuartas partes la de mortalidad materna.
5. Se debe haber detenido la propagación del VIH y del sida, así como haberse remitido la pandemia.
6. Se tiene que haber reducido a la mitad el porcentaje de personas que carecen de acceso al agua potable.
7. Reducir en 100 millones el número de personas que habita en chabolas.
8. Incorporar a todas las políticas y programas nacionales el concepto de desarrollo sostenible.

¿Qué objetivo es el más importante? Como bien nos apuntaba la colaboradora Isabel que nos ha brindado una charla magistral por cierto, consiguiendo el segundo de lo objetivos, los otros siete se desarrollarían en cadena. (Ya sabía yo que la educación era la mejor herramienta para crear una sociedad abierta, plural e intercultural, quizás es por ello por lo que me dedico a la enseñanza).
Nueve estados (Brasil, China, Bangladesh, Egipto, India, México, Nigeria y Pakistán) se han comprometido en implantar medidas para lograr el objetivo de educación para todos en 2015, prestando especial atención a las mujeres y las niñas. No debemos olvidar que estos países representan la mitad de la población mundial y el 70% de los analfabetos del mundo.

El artículo 28 de la Convención de los Derechos de Niños y Niñas celebrado en 1989 dice que todos los niños y niñas tienen derecho a la educación, y los Estados deben asegurar que la educación primaria sea gratuita y obligatoria. Una educación universal supondría unos nueve mil millones de dólares al año. Si los gobernantes redujeran un 1% sus gastos militares cada año, en el 2015 podríamos proporcionar educación para todos los niños y niñas del mundo.

Es verdad que la escolarización ha expertimentado un progreso en los países en vías de desarrollo, de hecho, la matriculación en los centros de educación creció desde un 80% en 1991 hasta un 88% en el 2005, especialmente desde 1999. Pero se trata de una educación deficiente en la mayoría de los casos, que no se adapta a sus necesidades: falta de buenas infraestructuras, carencia de materiales adecuados, profesorado escaso, deficiente número de escuelas...

Si pincháis en la imagen podréis acceder a la página oficial de la ONGD Jóvenes y Desarrollo:


En la página de la ONGD, si alguno de vosotros, además, está sensibilizado y quiere participar más activamente y hacer posible la creación de un mundo mejor, que no dude en apuntarse junto con su educadora al Certamen de iniciativa solidaria, ¿quién sabe?, lo mismo conseguís conocer de primera mano un proyecto de cooperación de la ONGD Jóvenes y Desarrollo.

Y por si alguna persona desconoce el poder de la educación en un niño y todo lo que podemos conseguir juntos, por favor que mire detenidamente este vídeo. (Hay que ver todo lo que puede lograr el pueblo mientras los gobernates duermen).

Ya que nuestros actos repercuten en los demás, sobre todo, en los más desfavorecidos, podríamos empezar a plantearnos otras pautas de comportamiento que beneficien más que perjudiquen. Hoy se nos ha informado de que existen cantidad de gestos mínimos diarios que contribuirían enormemente a un desarrollo más sostenible; gestos como desenchufar los cargadores o cualquier electrodoméstico de la luz si no es preciso su uso, no derrochar el agua, reciclar, usar más el transporte público...
No dejad de ver este corto titulado El ultimatum evolutivo que la ONGD Setem ha realizado con la pretensión de concienciar sobre las causas y consecuencias del consumo irresponsable y acercarnos a alternativas positivas y a nuestro alcance.

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