La manifestación, que por primera vez contaba tras la pancarta de cabecera con los líderes nacionales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez -sus compañeros de la Región llevaban pidiendo su presencia al frente de la protesta desde hacía más de un mes- no logró convocar a tantos participantes como en otras ocasiones, especialmente en la 'manifestación de las velas', y la protesta no logró, ni de lejos, llenar la Gran Vía, aunque los organizadores aseguraron que cerca de 50.000 personas habían acudido a la convocatoria. Bajo el lema 'Frente a la agresión social de Valcárcel, dignidad y resistencia', los sindicatos del Comité de Resistencia -UGT, CCOO y Sterm-, que se desmarcaron del acuerdo al que han llegado el resto de centrales sindicales con el Ejecutivo murciano, pidieron nuevamente la dimisión del presidente Valcárcel.
El 'cancionero de resistencia' volvió a salir a relucir con perlas cultivadas como la versión de 'La Parranda', 'Clavelitos' ('Valcarcito'), o 'Resistiré'. Además, policías y sindicalistas formaron un nuevo doble cordón de seguridad frente al portal de la casa de Valcárcel, por donde no podían pasar ni las señoras con carrito. Allí, la manifestación se detuvo unos segundos y cayeron lindezas del tipo 'Aquí está la cueva de Alí Babá'. Tras la correspondiente suelta de adrenalina aderezada con los tambores de un grupo de percusión que puso mucho ritmo a la marcha, la protesta terminó en el jardín de Floridablanca, confiando en que no haya una décima manifestación porque antes se haya derogado el 'tijeretazo'.
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