viernes, 4 de marzo de 2011

LOS "CONDENADOS" SINDICALES OCUPAN SUS PUESTOS DOCENTES

«Nosotros a veces decimos que más que liberados somos condenados. En el sindicato no tenemos horario fijo, venimos a las ocho y media o nueve de la mañana y nos vamos a las tres, con una tarde de guardia a la semana, pero los afiliados te pueden llamar cualquier día y a cualquier hora porque tienen un problema y necesitan ayuda». María José Medina tiene 31 años y es la secretaria de Organización de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza (FETE) de UGT. Lleva dos años liberada y el próximo 9 de marzo, a causa del recorte de liberados que establece la ley del 'tijeretazo' deberá incorporarse a su plaza de profesora de Educación Física en el Colegio Río Segura, de Beniel.
El sector educativo es el más afectado por la reducción de liberados, de manera que dos tercios de los 95 que ahora existente perderán esta condición. En FETE-UGT eso supondrá que todos los cargos de su ejecutiva, incluido su secretario regional, Antonio Francisco Ferrández, vuelvan a su plaza de profesor. Las oficinas de la federación, en las que hasta ahora trabajan por las mañana entre cuatro y cinco personas, pasarán a estar atendidas sólo por una empleada de la organización.
Más trabajo y ningún trauma
Los cargos sindicales que regresan a sus empleos mantendrán un número limitado de horas sindicales para seguir ejerciendo sus responsabilidades en la organización, pero ya no podrán desempeñarlas a tiempo completo.
Carmen Reyes Bagó, secretaria del área de Administración y Servicios de FETE-UGT, volverá el 9 de marzo a su puesto de ordenanza del Instituto Floridablanca, de Murcia, tras ocho años como liberada en el sindicato. Reconoce que supondrá «algo más de trabajo, porque por las mañanas tendré que ir al instituto y al sindicato vendré por la tarde para atender a los compañeros», pero niega que vaya a suponer un trauma.
«El problema no es nuestro reciclaje después de varios años sin ejercer la docencia, porque en el sindicato visitas centros y mantienes el contacto con los compañeros. Es más problema adaptarte a un grupo de alumnos a mitad de curso, con un programa académico ya en marcha», explica Ferrández, profesor de Educación Física en el Instituto de Alquerías y que lleva tres años y medio sin dar clases. «Me apetece volver a dar clases, es mi vocación. Pero tengo un compromiso con los compañeros que me eligieron y tendré que compaginar las dos tareas», agrega.
Todos ellos, al igual que Mercedes Noval y Antonio López, miembros de la ejecutiva de FETE que también dejarán de estar liberados y volverán a sus centros docentes, ya han hablado con los sustitutos que ocupan sus plazas, y que perderán cuando se reincorporen, para ponerse al día sobre cómo va el curso y cómo son los alumnos que tendrán a partir del próximo miércoles.
Noval es profesora de pedagogía terapéutica en un aula de integración del IES de Alquerías y recuerda «el mal rato» que pasó cuando fue a hablar con su sustituta y ésta anunció a sus alumnos su marcha. «El trabajo que hacemos en el sindicato es gratificante e importante, porque es posible influir en la mejora de la educación regional. Todo ese se va a resentir», comenta.
«Si lo que pretendían era debilitar los sindicatos con esta medida», señala Ferrández, «han conseguido el efecto contrario, porque desde que se aprobó el 'tijeretazo' hemos aumentado el número de afiliados y hay una mayor implicación de los compañeros del sindicato para echar una mano y cubrir nuestra ausencia».

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